ENFERMEDADES
Indice:
1-ICTUS
2- HEPATITIS INFANTIL
3- FRACASO FITNESS
4- ANGINAS POR DEPRESIÓN, ANSIEDAD Y ESTRESS PSICOLOGICO
5 - ATAQUE ISQUEMICO TRANSITO
6- EFECTOS DEL ALCOHOL SOBRE EL CERECIMIENTO TUMORAL
7- AUTISMO Y PAS
8 - INSUFICIENCIA RENAL AGUDA
9 - SARCOPEDIA
10 - REMORDIMIENTO
11 - SINDROME DE CUSHING
1-ICTUS
El estudio de un centenar de afectados por ictus revela cómo se desengancha el cerebro de las adicciones
Una investigación con decenas de personas que dejaron de fumar tras un ataque muestra las áreas y conexiones que sostienen la dependendencia
En este caso, lo que han observado es que las lesiones en determinadas áreas del cerebro (como la corteza insular, en lo más profundo del cerebro, y el giro cingulado, en la zona media) alteran el circuito que interviene en la remisión de la adicción a la nicotina. Por el contrario, daños en el perfil de conexiones observado en otros pacientes no les hacía dejar el tabaco.
También observaron que el circuito de la adicción al tabaco podría ser el mismo que el de otras adicciones. Tuvieron la oportunidad de comparar los perfiles de los que dejaron de fumar tras el ictus con los de casi 200 veteranos de la Guerra de Vietnam con lesiones cerebrales. Vieron que los exsoldados (al que se las sigue desde hace décadas) con menor riesgo de caer en el alcohol tenían daños en los mismos circuitos que los exfumadores. A los autores del estudio les habría gustado extender esta observación a otras adicciones, pero no hallaron bases de datos fiables para casos como la cocaína, la heroína o el juego.
El director del Centro de Terapéutica del Circuito Cerebral de Hospital Brigham and Women’s (Universidad de Harvard, EEUU) y autor senior de la investigación, Michael Fox, destaca el hallazgo en una nota: “Nos emocionó descubrir que nuestro mapa de lesiones asociadas con la remisión de la adicción conducían a un circuito cerebral común”. Fox ha patentado varios de sus resultados sobre la conectividad cerebral para guiar la estimulación del cerebro.
En Estados Unidos, pero aún no en Europa, las autoridades sanitarias han aprobado el uso de la estimulación magnética transcraneal (EMT) para interferir en determinados circuitos cerebrales como medida terapéutica. Por ahora, esta técnica de neuromodulación (en esencia pulsos electromagnéticos enviados al interior por un dispositivo pegado al cráneo) se está usando para tratar la depresión y trastornos alimentarios. Pero podría ser de gran utilidad para tratar las adicciones. De ahí el interés en localizar la diana a la que debe apuntar el imán.
“Aunque los tratamientos de neuromodulación que utilizan electricidad o incluso lesiones cerebrales se han mostrado prometedores para tratar la adicción a sustancias, la diana terapéutica no estaba clara”, dice Fox. “Ahora que nuestro estudio ha identificado un objetivo, un circuito cerebral humano específico, esperamos comprobar si la neuromodulación dirigida a este circuito proporciona una recuperación sostenida de los síntomas de nuestros pacientes”, añade.
El doctor Tomás Segura es vocal del grupo de estudio de enfermedades cerebrovasculares de la Sociedad Española de Neurología (SEN) recuerda el caso del tremor como otro caso de avance basado en las lesiones. “En personas con un temblor invalidante, un infarto cerebral talámico les quita el temblor. Observado por cientos de neurólogos durante muchos años, dio lugar a que ahora curemos el temblor provocando una lesión controlada en el tálamo a través de la estimulación craneal profunda. Hacemos lo mismo con el párkinson. Curamos el temblor y el parkinsonismo porque antes hubo modelos lesivos. En este estudio, lo interesante es que no hacen un modelo lesivo de una zona concreta al estilo de Penfield. Hay muchas áreas distintas, dicen, vamos a ver si todas ellas están en la misma circuitería y descubren que sí”, explica.
2- HEPATITIS INFANTIL
Un microbiólogo avala la teoría de que la hepatitis infantil es un "efecto perverso" de la covid
Qué es el adenovirus F41, principal sospechoso en el brote de hepatitis infantil
Para explicar la hepatitis aguda infantil, de la que se han detectado más de 200 casos en el mundo, la principal teoría que tienen los especialistas es la de que un "adenovirus" unido a "un efecto perverso de la covid" ha provocado que haya niños inmunodeprimidos por el aislamiento que han mantenido durante casi dos años que ha limitado sus defensas, les hacer estar más expuestos a este patógeno.
Así lo ha detallado a EFE el especialista en Microbiología del Hospital Zendal de Madrid, Pablo Barreiro, que es profesor de la facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR), que ha incidido en que los dos centenares de casos de esta hepatitis que se conocen "pueden ser solo la punta del iceberg".
3 - FRACASO FITNESS
Solo es una enfermedad psicológica
Cinco errores que llevan al fracaso seguro a una rutina fitness
Es válido tanto para novatos como para quienes entrenan hace años. Cuáles son los desaciertos más comunes que conducen a no lograr resultados o aumentan el riesgo de lesiones
No importa si alguien comienza a entrenar o lleva años yendo al gimnasio. Hay una serie de errores que se cometen una y otra vez sin darse cuenta. Y no sólo pueden llevar al aburrimiento o a no ver los resultados esperados, sino también pueden aumentar el riesgo de lesiones.
A continuación, del 1 al 5, los desaciertos imperdonables en una rutina fitness:
1. Pasar horas en una máquina de cardio
El ejercicio cardiovascular es esencial para perder grasa, pero si se
pasa más del 50% del tiempo de entrenamiento sólo abocado a este tipo de
ejercicio, se está cometiendo un error. Para estar realmente en forma, se debe complementar con trabajo de pesas.
De esta manera, el cuerpo drenará sus reservas de glucógeno, por lo que
si después se hacen 20 minutos de cardio, se quemarán más grasas.
Hay una serie de errores que los habituados a entrenar cometen y pueden llevar al aburrimiento, a no ver resultados esperados y aumentan el riesgo de lesiones
2. Esconderse en el fondo de la clase
Aunque ejercitarse en grupos es mucho más divertido, muchos se anotan en
clases sin tener ninguna guía que explique la técnica. Y si la
sala tiene mucha asistencia, los instructores no pueden controlar que
los movimientos de todos estén hechos correctamente. Así que, ante el temor de no estar haciéndolo bien, ¡mejor ir al frente!
Si el ejercicio está mal ejecutado, el esfuerzo no tiene efectos, no
hay recompensa, y además genera una mala postura, poco disfrute y hasta
una posible lesión. Los entrenadores están para eso, para instruir a los
alumnos, así que, ante la duda, siempre preguntar.
3. Usar solamente máquinas
Es muy usual que, al comenzar un nuevo gimnasio, el entrenador muestre
todos los equipos e instalaciones, y arme una rutina de ejercicios con
los aparatos disponibles en el salón. Y si bien éstos tienen un
propósito y son de especial ayuda para los novatos, el ejercicio se
aprovecha más si se hace un circuito de levantamiento de pesas o
mancuernas. Este tipo de máquinas aíslan un solo músculo, lo que significa que se quemarán menos calorías. Además, al no usar una máquina, se trabaja con el propio peso, lo cual ayuda a construir un cuerpo mucho más funcional.
4. Ignorar las propias debilidades
Todos tienen unos ejercicios que disfrutan más que otros, y es normal
porque por lo general es porque cada uno sabe en qué es bueno. El
desafío es admitir las debilidades, y luego plantearse convertirlas en
tus fortalezas. Por ejemplo, si se tienen brazos delgados, pero las
piernas podrían estar más esbeltas, anotarse en una clase de spinning e
incluir más cuclillas en la serie del día podría ser buena idea. Trabajar en las áreas "problemáticas" ayudará a que no pase mucho tiempo antes de que estén totalmente tonificadas.
5. Perder de vista las metas
Entrenar con un compañero o amigos puede ser entretenido, pero si
alguien se ejercita con otro que tiene metas completamente distintas de
las suyas, esto puede ser perjudicial para el propio progreso. Si cada
quien tiene un interés distinto en el gimnasio, es mejor que trabajen
por separado, y luego se encuentren para un café o en el sauna. O pueden
compartir momentos juntos mientras se ejercitan, pero siempre
enfocándose cada uno en sus objetivos.
La angina de pecho, también conocida como angina estable, es una dolor o malestar en el pecho que ocurre como consecuencia del flujo inadecuado de sangre hacia el corazón. La raíz de ello es una enfermedad de las arterias coronarias, aunque existe cierta evidencia de que la angina también puede ocurrir por estrés mental. Sin embargo, no están claro los mecanismos que subyacen esta causa.
En vista de ello, un equipo de investigadores decidió indagar para comprender cómo es que los factores psicológicos pueden derivar en la enfermedad. En un nuevo estudio publicado en la revista Circulation: Cardiovascular Imaging, informan que la actividad inducida por el estrés en el lóbulo frontal inferior del cerebro parece tener una correlación directa con la angina en personas con enfermedad de las arterias coronarias.
La actividad del lóbulo frontal del cerebro
Los investigadores reunieron a un total de 148 personas con enfermedad de las arterias coronarias que habían participado en un estudio realizado entre 2011 y 2014. 69 por ciento eran hombres y 31 por ciento mujeres, y la edad promedio de 62 años.
El estudio se centró en la actividad en el lóbulo frontal inferior del cerebro, un área que interviene en la regulación de las emociones y el estrés psicológico, y que parece agravar la angina entre los pacientes de riesgo.
Por ello, los participantes se sometieron a tres pruebas mentalmente desafiantes en un entorno clínico durante dos semanas: una prueba de estrés mental con imágenes cerebrales; una prueba de esfuerzo mental con imágenes cardíacas; y una prueba de esfuerzo químico o de ejercicio con imágenes del corazón.
Mientras se realizaban las pruebas, los investigadores monitorearon a los participantes con la toma de imágenes cardíacas y cerebrales en busca de dolor en el pecho. También aplicaron cuestionarios dolor torácico y eventos cardiovasculares después de dos años.
Tras considerar factores que podrían afectar la gravedad de la angina, los investigadores observaron que la relación más fuerte con la angina autoinformada por los participantes fue la de la actividad cerebral en el lóbulo frontal inferior. Este efecto persistió incluso tras el seguimiento de dos años.
Estrés mental y dolor torácico
Entre los hallazgos, destacan que los participantes que informaron tener síntomas de angina mensual, semanal o diariamente, tenían también una mayor actividad del lóbulo frontal inferior como respuesta al estrés mental.
Los que informaron angina durante la prueba de esfuerzo mental con imágenes cardíacas también motraron una mayor activación del lóbulo frontal inferior en comparación con las personas que no presentaron dicho dolor durante dicha prueba.
Incluso dos años después de la evaluación, se observó una asociación significativa entre la activación del lóbulo frontal inferior durante el estrés y el cambio en la frecuencia de la angina. De ahí que los investigadores concluyan que los cambios en la actividad cerebral debido al estrés podrían servir como un factor predictivo de empeoramiento de la angina en el futuro.
“Los tres factores principales que explicaron la frecuencia de la angina estaban todos relacionados con el estrés, incluida la activación cerebral, los síntomas depresivos y los síntomas de trastorno de estrés postraumático”, dijo el investigador principal Amit J. Shah, MD, MSCR, profesor asistente de epidemiología en la Escuela de Salud Pública Rollins de la Universidad de Emory en Atlanta.
“Esto es sorprendente porque cuando manejamos la angina en entornos clínicos, normalmente no consideramos el estrés como un factor subyacente, sino que nos enfocamos sobre el flujo sanguíneo en el corazón”.
Este trabajo tuvo ciertas limitaciones, como el hecho de que el estrés fue inducido en un entorno clínico y no necesariamente imite el estrés de la vida cotidiana de las personas. Esto podría llevar a subestimar sus efectos sobre la enfermedad. Sin embargo, arroja evidencia de cuán importante es incorporar la medición del estrés y otros factores psicológicos para evaluar y tratar la angina del pecho.
Referencia:
Association Between Mental Stress-Induced Inferior Frontal Cortex Activation and Angina in Coronary Artery Disease. https://www.ahajournals.org/doi/10.1161/CIRCIMAGING.120.0107105 - ATAQUE ISQUEMICO TRANSITORIO
Introducción
Un ataque isquémico transitorio es un derrame que dura apenas unos minutos. Esto ocurre cuando el suministro de sangre a una parte del cerebro se detiene brevemente. Los síntomas de este ataque se parecen a los síntomas de un accidente cerebrovascular o un derrame, pero su duración es menor. Ocurren repentinamente e incluyen:
- Entumecimiento o debilidad, especialmente en un lado del cuerpo
- Confusión o dificultades para hablar o entender
- Dificultad para caminar
- Mareo
- Problemas para ver con uno o ambos ojos
- Pérdida del equilibrio o la coordinación de los movimientos
La mayoría de los síntomas de un ataque isquémico transitorio desaparecen dentro de una hora, aunque pueden durar hasta 24 horas. Debido a que no es posible saber si los síntomas se deben a este ataque o un derrame, debe acudir a un hospital de inmediato.
Los ataques isquémicos transitorios suelen ser una señal de advertencia de futuros derrames. Tomar medicinas, como los anticoagulantes, puede reducir su riesgo de un ataque cerebral. Su médico también podría recomendar una cirugía. También puede ayudar a reducir su riesgo teniendo un estilo de vida saludable. Esto incluye no fumar, no beber demasiado, comer una dieta saludable y hacer ejercicio. También es importante controlar otros problemas de salud, como la presión arterial alta y el colesterol.
NIH: Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares
Comience aquí
- Accidente isquémico transitorio (Enciclopedia Médica) También en inglés
- Accidentes isquémicos transitorios (Merck Sharp & Dohme de España)
Síntomas
-
Factores de riesgo y los síntomas de un ataque cerebral
(Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares)
También en inglés
- Hablemos sobre de ataque cerebral, AIT y señales de aviso (Asociación Americana del Corazón) - PDF
Diagnóstico y exámenes
- Imágenes por ultrasonido de la arteria carótida (Colegio Americano de Radiología; Sociedad de Radiología de Norteamérica) También en inglés
- RMN de cabeza (Colegio Americano de Radiología; Sociedad de Radiología de Norteamérica) También en inglés
- RMN funcional (RMNf): Cerebro (Colegio Americano de Radiología; Sociedad de Radiología de Norteamérica) También en inglés
- Ultrasonido vascular (Colegio Americano de Radiología; Sociedad de Radiología de Norteamérica) También en inglés
Prevención y factores de riesgo
- Endarterectomía carotídea (Instituto del Corazón de Texas)
Tratamientos y terapias
-
Anticoagulantes y antiplaquetarios: Tema de salud de MedlinePlus
(Biblioteca Nacional de Medicina)
También en inglés
Asuntos relacionados
- Mini accidente cerebrovascular en comparación con accidente cerebrovascular (Fundación Mayo para la Educación y la Investigación Médica) También en inglés
Asuntos específicos
- Trastornos circulatorios vertebrobasilares (Enciclopedia Médica) También en inglés
6-EFECTOS DEL ALCOHOL SOBRE EL CERECIMIENTO TUMORAL
El consumo de alcohol estimula el crecimiento de los tumores, según un estudio del Centro Médico de la Universidad de Mississippi (Estados Unidos) que se publica en la revista Cancer.
Según los científicos, el alcohol alimenta la producción de un factor de crecimiento que estimula el desarrollo de vasos sanguíneos en los tumores y el nivel de etanol crónico incrementa el tamaño del tumor, los niveles del factor angiogénico y del factor de crecimiento endotelial vascular (VEGF) según un modelo experimental con el que han trabajado los investigadores.
Según los expertos, durante casi cien años la evidencia epidemiológica ha vinculado el uso del alcohol con un incremento del riesgo de cáncer de estómago, esófago, hígado, mama y colon. Los investigadores nunca habían desarrollado un modelo adecuado para explicar cómo el etanol o un metabolito de etanol podían causar cáncer.
Datos recientes recogidos por los investigadores a través de un modelo celular han demostrado que el etanol incrementa la producción celular de VEGF, importante proteína de señalización en el crecimiento de los vasos sanguíneos, particularmente en tumores.
Los científicos investigaron el posible mecanismo entre la inducción del crecimiento de los vasos sanguíneos debido al etanol y el VEGF, usando un modelo de embrión de pollo. Éstos expusieron los embriones de pollo inyectados con células de fibrosarcoma a suero salino o a niveles relevantes de etanol durante 9 días.
Los investigadores descubrieron que comparados con el grupo control, los embriones expuestos a etanol sufrieron un aumento del tamaño del tumor, de la densidad de los vasos sanguíneos tumorales, de las células tumorales de los vasos sanguíneos y de los niveles de VEGF. El volumen del tumor y del sistema vascular intratumoral aumentaron más del doble.
El estudio también mostró un aumento significativo de los niveles de VEGF mRNA y de la producción de la proteína en los tumores y las células en cultivo. Los embriones expuestos a etanol tuvieron más de ocho veces el nivel de invasión de células cancerosas en los vasos sanguíneos en comparación con el grupo control.
Los autores del estudio afirman que sus descubrimientos apoyan la hipótesis de que la inducción de angiogénesis y la producción de VEGF debido al etanol representan un importante mecanismo de progresión del cáncer asociado con el consumo de bebidas alcohólicas.
7- AUTISMO Y PAS
¿Cuáles son las diferencias de una PAS y los trastornos del espectro autista?
A primera vista ser PAS y los trastornos de espectro autista (TEA), incluido asperger, pueden tener algunas conductas en común que nos llevan a la duda. Sin embargo, la naturaleza de las causas es bien diferente.
Mientras que los TEA suponen un trastorno del desarrollo con consecuencias a nivel neurobiológico, en el caso de las PAS no se aprecian tales dificultades.
Ser PAS es un rasgo humano común y saludable. No es ningún trastorno o enfermedad. Por lo tanto, encontramos ahí una gran diferencia frente al TEA.
Conductas comunes entre PAS y TEA
Entre ambos podemos encontrar ciertas similitudes. La más importante es que ambos presentan una mayor sensibilidad sensorial. Además de ésta, tanto los TEA como las Personas Altamente Sensibles tienen tendencia a retirarse en situaciones caóticas y grandes aglomeraciones.
Quizás los parecidos más notables los encontramos con los asperger dentro del espectro autista. Su facilidad para aprender hace que sea más complejo descartar el trastorno en las etapas iniciales del desarrollo. A menor edad es más difícil el diagnóstico.
Diferencias notables entre PAS y TEA
La diferencias claramente identificables son, que mientras las PAS se retiran por un exceso de estimulación, los TEA lo hacen para evitar la interacción social. En este caso las PAS tienen habilidades sociales sanas y desarrolladas. En los TEA se encuentran dificultades para las relaciones sociales.
Las PAS poseen grandes habilidades para expresar sentimientos e interpretar los ajenos. Además una de sus características principales es su gran empatía que le proporciona una importante inteligencia emocional. A nivel neurológico los científicos han encontrado que las áreas del cerebro involucradas en la respuesta a estímulos sociales y empatía difieren entre las PAS y los trastornos del espectro autista.
Quizás una reciente controversia es sobre la afirmación de que los TEA no tienen empatía. Algunos estudios apuntan que es el exceso de empatía y no su ausencia lo que lleva a los TEA a mantenerse al margen para evitar saturarse de tanta emocionalidad.
¿Qué hacer ante las dudas?
Los actuales instrumentos que disponemos para el diagnóstico de las PAS tanto en niños como en adultos no son pruebas lo suficientemente fiables para descartar los trastornos del espectro autista.
Quiero añadir que además existe la posibilidad de que ambas características convivan en algunos individuos. Es decir, que no se ha demostrado que un/a niño/a PAS no pueda a la vez ser TEA. Mi recomendación es que en caso de duda asistas a algún especialista capacitado para el diagnóstico de TEA y sea él quien descarte cualquier tipo de trastorno.
8 - INSUFICIENCIA RENAL AGUDA
Es la pérdida rápida (en menos de 2 días) de la capacidad de sus riñones para eliminar los residuos y ayudar con el equilibrio de líquidos y electrólitos en el cuerpo.
Causas
Existen numerosas causas posibles de daño a los riñones. Estas incluyen:
- Necrosis tubular aguda (NTA, daño a las células tubulares de los riñones)
- Enfermedad renal autoinmunitaria
- Coágulo de sangre por el colesterol (émbolo por colesterol)
- Disminución del flujo sanguíneo debido a presión arterial muy baja, lo cual puede resultar de quemaduras, deshidratación, hemorragia, lesión, shock séptico, enfermedad grave o cirugía
- Trastornos que causan coagulación dentro de los vasos sanguíneos del riñón
- Infecciones que causan lesión directamente al riñón, como pielonefritis aguda, septicemia
- Complicaciones del embarazo, incluso desprendimiento prematuro de placenta o placenta previa
- Obstrucción de las vías urinarias
- Drogas ilegales como cocaína y heroína
- Medicamentos incluyendo los fármacos antiinflamatorios no esteroides (AINE), ciertos antibióticos y medicamentos para la presión arterial, medios de contraste intravenosos (tinte), algunos fármacos para el cáncer y el VIH
Síntomas
Los síntomas de la insuficiencia renal aguda pueden incluir cualquiera de los siguientes:
- Heces con sangre
- Mal aliento y sabor metálico en la boca
- Tendencia a la formación de hematomas
- Cambios en el estado mental o en el estado de ánimo
- Disminución del apetito
- Disminución de la sensibilidad, especialmente en las manos o en los pies
- Fatiga (cansancio)
- Dolor de costado (entre las costillas y las caderas)
- Temblor en la mano
- Soplos cardíacos
- Presión arterial alta
- Náuseas o vómitos que pueden durar días
- Hemorragia nasal
- Hipo persistente
- Sangrado prolongado
- Crisis epiléptica
- Dificultad para respirar
- Hinchazón por retención de líquidos en el cuerpo (puede presentarse en las piernas, los tobillos y los pies)
- Cambios en la micción como poca o ninguna orina, micción excesiva durante la noche o suspensión completa de la micción
Pruebas y exámenes
Su proveedor de atención médica lo examinará.
Los examenes para observar cuán bien están funcionando sus riñones incluyen:
Se pueden hacer otras pruebas de sangre para encontrar la causa subyacente de la falla renal.
Una ecografía renal o abdominal es el examen preferido para diagnosticar una obstrucción en las vías urinarias. Las radiografías, la tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM) del abdomen también pueden indicar si hay una obstrucción.
Tratamiento
Una vez que se encuentra la causa, el objetivo del tratamiento es restaurar el funcionamiento de los riñones y evitar que el líquido y los residuos se acumulen en el cuerpo, mientras estos órganos sanan. Generalmente es necesario permanecer una noche en el hospital para el tratamiento.
La cantidad de líquido que usted beba se limitará a la cantidad de orina que pueda producir. Le dirán lo que puede o no comer con el fin de reducir la acumulación de toxinas que los riñones normalmente eliminarían. Es posible que necesite consumir una dieta rica en carbohidratos y baja en proteínas, sal y potasio.
Se pueden necesitar antibióticos para tratar o prevenir la infección. Se pueden emplear diuréticos para ayudar a eliminar el líquido del cuerpo.
Se administrarán medicamentos por vía intravenosa para ayudar a controlar los niveles de potasio en la sangre.
Es posible que necesite diálisis. Este es un tratamiento que hace lo que normalmente hacen los riñones: eliminar los desechos dañinos, la sal extra y el agua del cuerpo. La diálisis puede salvarle la vida si los niveles de potasio están peligrosamente elevados. La diálisis también se utilizará si:
- Su estado mental cambia
- Presenta pericarditis
- Retiene demasiado líquido
- No puede eliminar los productos de desecho nitrogenados del cuerpo
La diálisis casi siempre será por corto tiempo. En casos poco comunes, el daño renal es tan grande que la diálisis se puede necesitar de manera permanente.
Cuándo contactar a un profesional médico
Llame a su proveedor si su cantidad de orina disminuye o se detiene o si tiene otros síntomas de insuficiencia renal aguda.
Prevención
Para prevenir la falla renal aguda:
- Deben controlarse bien los problemas de salud como la presión arterial alta o la diabetes.
- Evitar fármacos y medicamentos que pueden causar daño al riñón.
9 - SARCOPEDIA
La composición del cuerpo cambia como consecuencia del envejecimiento, y la pérdida de la masa muscular, o sarcopenia, es uno de estos cambios, que, a su vez, puede repercutir en la movilidad y la funcionalidad físicas.
La doctora María Luisa de Mingo Domínguez, jefa de servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital La Luz, nos indica que "el proceso de envejecimiento conlleva un deterioro de la capacidad física, debido a los cambios que se producen en el sistema musculoesquelético, con pérdida de masa muscular, pérdida ósea y pérdida de elasticidad de los tejidos". A causa de todo ello, la fuerza y la calidad del músculo también disminuyen.
Sarcopenia: qué es y sus causas
Es uno de los cambios que se produce en la composición corporal debido al paso del tiempo. Nuestra experta nos explica que "la sarcopenia es un síndrome complejo relacionado con la pérdida de masa muscular, bien de forma aislada o acompañada de un aumento de la masa grasa". En este último caso, además, la grasa se sitúa entre las fibras del músculo, lo que deteriora la calidad muscular.
Como consecuencia de esta pérdida de masa muscular, las personas con más edad pueden ver afectada su dependencia, e incluso sufrir caídas, así como fracturas en el peor de los casos. Al respecto, nuestra endocrina nos señala que "la sarcopenia tiene un importante papel en la aparición de fragilidad y deterioro de la capacidad funcional en personas de edad avanzada, condicionando un incremento de la dependencia y las hospitalizaciones".
En cuanto a la presencia de la sarcopenia, se estima una prevalencia del 5-40%, cuya cifra se incrementa de manera exponencial con los años. De hecho, está en el 5-13% a los 70 años, y en mayores de 80 años sube, situándose en el 11-50%.
Afortunadamente, "su prevención y su mejoría disminuyen la mortalidad", tal como destaca nuestra especialista. Por lo tanto, la edad no debe ser una excusa para dejar de cuidarse, sino un incentivo para seguir manteniéndose activos y comiendo sano.
¿Qué causa la sarcopenia?
Existen varios factores que motivan la aparición de esta pérdida de masa muscular:
- Falta de actividad física.
- Cambios en el funcionamiento del sistema endocrino relacionados con la edad. Disminuye la testosterona, la hormona de crecimiento y el estradiol, u hormona sexual femenina, y aparece resistencia a la insulina.
- Enfermedades crónicas que afectan al corazón, al pulmón, al riñón, al hígado, a funciones endocrinas y de tipo neoplásico o tumoral.
- Menor producción de insulina.
- Mala alimentación, con aporte insuficiente de proteínas, calorías y nutrientes en general.
- Enfermedades que causan malabsorción, como la celiaquía.
- Insuficiente cantidad de vitaminas.
- Medicación que quita las ganas de comer.
¿Cómo se diagnostica la sarcopenia?
Para su diagnóstico se realizan varias pruebas que miden estos tres aspectos:
Masa muscular, a través de:
- Bioimpedanciometría, que es un examen que permite observar la composición corporal
- Densitometría para comprobar la densidad mineral ósea
Fuerza muscular, mediante las pruebas:
- Dinamómetro para calcular la fuerza
- Sentarse y levantarse
Rendimiento y funcionalidad, observados a través de:
- Velocidad de la marcha
- Levantarse y caminar
- Subir escaleras
- Andar 400 metros
10 - REMORDIMIENTO
Remordimiento, ¿cuándo la culpa se convierte en un problema y qué se puede hacer?
Desde la psicología, la culpa se define como el estado afectivo doloroso que aparece ante la creencia o la sensación de haber hecho algo malo o traspasado las normas éticas, personales o sociales. Sobre todo, si se ha perjudicado a alguien más.
Sentir culpa no siempre es algo malo. De hecho, tiene una función: “Hacer consciente al sujeto de que ha realizado una mala acción y así facilitar los intentos de reparación”, en palabras del psiquiatra José Carlos Fuertes. (De hecho, no sentir nunca culpa ni remordimientos es un rasgo de los psicópatas).
En ese sentido, un estudio de 2018 arribó a la conclusión de que las personas con mayor tendencia a sentirse culpables son más dignas de confianza que aquellas con una tendencia menor. Y ese fue el rasgo de la personalidad que mejor ayudó a predecir la “confiabilidad” de la gente, según los autores de la investigación.
Pero cuando la culpa es exagerada, se convierte en un problema: aparecen sentimientos y pensamientos negativos que generan un gran malestar ante la responsabilidad por los errores. O por cosas que se perciben como equivocaciones y que quizá no lo han sido, o no han sido tan graves, o no han generado consecuencias negativas para nadie.
La tendencia a sentirse culpable y sus consecuencias
¿Cómo son las personas más tendientes a sentir culpa? Pues en general suelen hacer interpretaciones muy parciales o sesgadas de la realidad. Eso las lleva a centrarse en sus errores y magnificarlos. Y hacen lo contrario con sus logros: les restan valor, los minimizan, a menudo ni siquiera los ven.
José Carlos Fuertes explica que “el origen de la culpa tiene que ver con el desarrollo de la conciencia moral, que se inicia en nuestra infancia y que se ve influida por nuestras diferencias individuales y las pautas educativas”.
A menudo se habla del “peso” de la culpa, se la refiere como una “carga” que llevan encima quienes sienten que han hecho algo malo. Un estudio realizado por científicos de Estados Unidos y Canadá comprobó que esa expresión es más que una metáfora.
De acuerdo con ese experimento, las personas que se sentían culpables realmente percibían que el cuerpo les pesaba más, y por lo tanto también les costaban más ciertas acciones de naturaleza física. Otras consecuencias de la culpa excesiva son dolores en el pecho y el estómago, presión en la cabeza o molestias en la espalda.
Los efectos más graves, no obstante, se advierten en los aspectos psicológicos y emocionales. La persona culposa se hace numerosos reproches y acusaciones por lo que entiende que han sido faltas, y esas rumiaciones desgastan su autoestima y su confianza en sí misma.
Además, suele sentirse nerviosa e irritable, y con frecuencia es víctima de la ansiedad y el estrés. Como resultado, se ve afectada su vida social, se complican sus relaciones familiares, la persona suele aislarse e incluso es más propensa a sufrir chantajes emocionales y manipulaciones por parte de quienes lo rodean.
Por otra parte, estas personas suelen sentir una especie de obligación de siempre satisfacer a los demás, les cuesta mucho decir que no, tienen mucho miedo al rechazo ajeno o molestar a los demás pero en general se callan si algo les molesta, las afectan mucho las opiniones y las críticas de los demás, y piden disculpas a cada rato.
El resultado global es una sensación de tristeza generalizada: de algún modo, la persona con demasiada culpa y remordimientos se pasa sus días anclada en el pasado, lamentando las acciones cometidas, y sin poder vivir y disfrutar del presente.
Claves para superar la culpa y el remordimiento
La psicóloga Aurora López, directora de Más Vida Psicólogos, apunta que para superar los remordimientos cuando se ha cometido un error se puede recurrir a la llamada “técnica de las cuatro R”. Es una estrategia desarrollada por la estadounidense Jane Nelsen y pensada en su origen para la infancia, pero la pueden aplicar también los adultos.
Las “cuatro R” son las siguientes:
1. Reconocer
El primer paso consiste en admitir los errores y asumir la responsabilidad, pero en su cuota justa. Para ello, hay que reconocer qué cosas estuvieron mal y cuáles no. Es clave analizar los hechos del modo más objetivo que sea posible. En muchos casos, es de gran utilidad hablar con alguien cercano, que pueda aportar otro punto de vista.
En ese sentido, también hay que intentar comprender lo complejo de las circunstancias. Es decir, poner las propias acciones en contexto, recordar qué sucedía en ese momento y tener presente mucho de lo que sucede alrededor no estaba bajo su control y, por lo tanto, no era su responsabilidad.
2. Responsabilizarse
Esto implica asumir las consecuencias de los propios actos. Lo que se debe atender también en este punto es que todos cometemos errores y que forman parte del aprendizaje. Por eso, hay que recordar el aspecto positivo de la culpa: saber qué acciones se debe intentar que no se repitan.
3. Reconciliarse
La reconciliación se debe buscar tanto con los demás como con uno mismo. Con los demás, a veces se logra incluso con expresiones simples como “lo siento”, “discúlpame” o “perdona” que, cuando son sinceras, tienen un gran significado.
Pero, además, hay que ser autocompasivos. Esto es aprender a perdonarse los errores del pasado. Las persona culposas suelen ser más duras consigo mismas que con las demás. Por eso, un pequeño truco consiste en imaginar cómo juzgarían por ese mismo hecho a otra persona y luego aplicarse a sí misma ese grado de indulgencia.
Esta es la manera de reconciliarse con uno mismo, de ponerse en paz con su propia conciencia, y permite “pasar página”: no quedarse anclado en un episodio del pasado, sino seguir adelante.
4. Reparar
En muchos casos se pueden realizar acciones concretas para reparar un error. Esto puede ser incluso comprometerse para el futuro. Por ejemplo, si una conducta negativa ha afectado a otra persona, se le puede plantear: “¿Cómo podríamos hacerlo la próxima vez?”. Ese diálogo también formará parte del aprendizaje.
Lamentablemente, el pasado no se puede cambiar y en ocasiones no hay forma de subsanar el error. En esos casos, lo que se debe procurar es valorar el aprendizaje y seguir adelante con la voluntad y la convicción de que esa falta no se ha de repetir.
Por supuesto, estos consejos pueden no ser suficientes. Aunque se conozcan de forma racional, puede ser difícil instrumentarlos en la propia vida. En ese caso, si los remordimientos y las culpas por hechos del pasado generan los efectos negativos descriptos más arriba y no se encuentra la forma de aliviarlos, lo aconsejable es buscar ayuda en la terapia psicológica.
11 - SINDROME DE CUSHING
Suele ser secundario al consumo de corticoesteroides para el tratamiento de un trastorno médico o a la presencia de un tumor hipofisario o suprarrenal que incita a las glándulas suprarrenales a producir un exceso de corticoesteroides.
El síndrome de Cushing también puede estar causado por tumores en otras partes del organismo (como los pulmones).
Se suele presentar exceso de grasa, sobre todo en el torso, y tener una cara grande y redonda, así como piel delgada.
Para diagnosticar el síndrome de Cushing se mide la concentración de cortisol y se solicitan otras pruebas.
El tratamiento suele consistir en una intervención quirúrgica o en radioterapia para eliminar el tumor.
(Véase también Introducción a las glándulas suprarrenales.)
La sobreproducción de corticoesteroides suele deberse a un trastorno de las propias glándulas suprarrenales o a una estimulación exagerada por parte de la hipófisis, que controla las glándulas suprarrenales y otras glándulas endocrinas. Las alteraciones en la hipófisis (glándula pituitaria), como un tumor, pueden dar lugar a que esta glándula produzca grandes cantidades de hormona adrenocorticotrófica, la cual regula la producción de corticoesteroides por las glándulas suprarrenales (este trastorno se denomina enfermedad de Cushing). Los tumores que se encuentran fuera de la hipófisis, como el carcinoma microcítico de pulmón (carcinoma pulmonar de células pequeñas) o un tumor carcinoide en los pulmones o en cualquier otro lugar del organismo, pueden producir hormona adrenocorticotrófica (un trastorno que se denomina síndrome de la hormona adrenocorticotrófica ectópica).
A veces, se desarrolla en las glándulas suprarrenales un tumor no cancerígeno (adenoma) que las fuerza a producir corticoesteroides en exceso. Los adenomas suprarrenales son muy frecuentes; están presentes en cerca del 10% de las personas septuagenarias. Sin embargo, solo un pequeño número de adenomas produce un exceso de hormona. Los tumores cancerosos (malignos) en las glándulas suprarrenales son muy poco frecuentes, pero algunos de ellos también producen un exceso de hormona.
Toma de corticoesteroides
El síndrome de Cushing también puede aparecer cuando se toman grandes dosis de corticoesteroides (como prednisona o dexametasona) debido a una enfermedad grave. Los corticoesteroides se indican a menudo para el tratamiento de muchas enfermedades inflamatorias, alérgicas y autoinmunitarias. Entre los ejemplos más frecuentes se encuentran el asma, la artritis reumatoide, el lupus eritematoso sistémico, muchos trastornos cutáneos y muchas otras afecciones. Los síntomas son los mismos que los debidos a un exceso de hormona. A veces, incluso aparecen cuando los corticoesteroides se inhalan, como en el tratamiento del asma, o se aplican por vía tópica para curar una afección de la piel.
Además de causar el síndrome de Cushing, la toma de grandes dosis de corticoesteroides también puede deprimir la función de las glándulas suprarrenales. Esta depresión se debe a que los corticoesteroides indican al hipotálamo y a la hipófisis que detengan la producción de las hormonas que normalmente estimulan la actividad suprarrenal. Por lo tanto, si la persona interrumpe de forma abrupta el tratamiento con corticoesteroides, el organismo no consigue restaurar la actividad suprarrenal con la rapidez necesaria y se produce una insuficiencia suprarrenal temporal (un trastorno similar a la enfermedad de Addison). Además, cuando se sufre estrés, el organismo no es capaz de estimular la producción de los corticoesteroides adicionales necesarios.
Por lo tanto, nunca debe interrumpirse bruscamente el uso de corticoesteroides si se han consumido durante más de 2 o 3 semanas. De hecho, las dosis se reducen de forma gradual durante semanas y a veces meses.
Además, puede ser necesario aumentar la dosis de corticoesteroides en caso de enfermedad o de situaciones de estrés intenso durante el tratamiento con corticoesteroides. Si se enferma o se vive una situación de estrés intenso a las pocas semanas de haber disminuido o interrumpido el tratamiento con corticoesteroides, quizás deba reanudarse el tratamiento.
Enfermedad de Cushing
La enfermedad de Cushing es un término reservado específicamente al síndrome de Cushing causado por la sobreestimulación de las glándulas suprarrenales, por lo general como consecuencia de un tumor pituitario. En este trastorno, las glándulas suprarrenales son hiperactivas debido a un exceso de estímulo de la hipófisis y no porque las glándulas están anormales. Los síntomas de la enfermedad de Cushing son similares a los del síndrome de Cushing. La enfermedad de Cushing se diagnostica mediante análisis de sangre, o a veces también con análisis de orina y de saliva. La enfermedad de Cushing se trata con cirugía o radiación para extirpar el tumor hipofisario. Si la extirpación del tumor hipofisario no se puede realizar o no tiene éxito, las glándulas suprarrenales se pueden extirpar quirúrgicamente o se pueden administrar medicamentos para reducir la producción de corticotropina o bloquear la producción o los efectos del exceso de cortisol en los tejidos.
Los corticoesteroides alteran la cantidad y la distribución de la grasa en el organismo. Un exceso de grasa se acumula en el torso y es evidente, sobre todo, en la parte superior de la espalda (a veces denominado cuello de bisonte). Cuando se padece el síndrome de Cushing, se suele tener la cara grande y redonda (cara de luna llena). Por lo general, los brazos y las piernas son delgados en comparación con el torso grueso. Los músculos pierden volumen, lo que da lugar a debilidad. La piel se vuelve fina, surgen hematomas (moretones) con facilidad y tardan en sanar después de un hematoma o de una herida. En el abdomen y el tórax se observan estrías de color púrpura que parecen las marcas producidas por los elásticos. Otro síntoma consiste en cansarse fácilmente.
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Con el tiempo, las altas concentraciones de corticoesteroides elevan la presión arterial ( hipertensión), debilitan los huesos (osteoporosis) y disminuyen la resistencia a las infecciones. Aumenta el riesgo de que se desarrollen cálculos renales y diabetes, y pueden aparecer trastornos mentales como depresión y alucinaciones. Las mujeres, por lo general, tienen ciclos menstruales irregulares. Los niños afectados por el síndrome de Cushing tienen un crecimiento lento y su estatura no alcanza los valores medios. En algunos casos, las glándulas suprarrenales también producen grandes cantidades de hormonas sexuales masculinas (testosterona y hormonas similares), lo cual provoca un aumento del vello facial y corporal y provoca calvicie en las mujeres.
Diagnóstico del síndrome de Cushing
Medición del nivel de cortisol en la orina, la saliva y/o la sangre
A veces, otras análisis de sangre y pruebas de diagnóstico por la imagen
Cuando se sospecha un síndrome de Cushing, se mide la concentración sanguínea de cortisol, la principal hormona corticoesteroide. En condiciones normales, los niveles de cortisol son altos por la mañana y bajos a última hora del día. Si se padece el síndrome de Cushing, las concentraciones de cortisol suelen mantenerse elevadas todo el día. Los niveles de cortisol pueden valorarse mediante análisis de orina, de saliva o de sangre.
Si las concentraciones de cortisol son elevadas, los médicos pueden recomendar una prueba de supresión de dexametasona, en la que administran una dosis de dexametasona por la noche o durante varios días y luego miden la concentración de cortisol por la mañana. La dexametasona generalmente reduce la secreción de corticotropina por parte de la hipófisis y, por consiguiente, disminuye la secreción de cortisol por parte de las glándulas suprarrenales. Si el síndrome de Cushing se debe a la estimulación excesiva de la hipófisis (enfermedad de Cushing), la concentración sanguínea de cortisol descenderá hasta cierto punto, pero no tanto como en ausencia de este síndrome. Además, la concentración elevada de hormona adrenocorticotrófica indica sobreestimulación de la glándula suprarrenal por parte de la hipófisis.
Si el síndrome de Cushing tiene otra causa, la concentración de cortisol permanecerá elevada después de administrar dexametasona. Si un tumor en la glándula suprarrenal produce demasiado cortisol, la concentración de corticotropina procedente de la hipófisis ya está deprimida y la dexametasona no disminuye la concentración sanguínea de cortisol. A veces, otros tipos de tumores situados en otras partes del cuerpo producen sustancias similares a la corticotropina que estimulan a las glándulas suprarrenales para producir un exceso de cortisol, pero la dexametasona no inhibe esta estimulación.
Pueden ser necesarias pruebas de diagnóstico por la imagen para determinar la causa exacta, incluida una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética nuclear (RMN) de la hipófisis o de las glándulas suprarrenales, así como una radiografía de tórax o una TC pulmonar o abdominal. No obstante, en ocasiones, estas pruebas no permiten determinar la ubicación del tumor.
Cuando se sospecha que la causa es una producción excesiva de hormona adrenocorticotrófica, algunas veces es necesario extraer muestras de sangre de las venas que drenan la hipófisis a fin de comprobar si este es su origen.
Tratamiento del síndrome de Cushing
Dieta alta en proteínas y en potasio
Medicamentos que reducen las concentraciones de cortisol o bloquean sus efectos
Cirugía o radioterapia
El tratamiento depende de si el problema se ha originado en las glándulas suprarrenales, en la hipófisis o en otro lugar.
Si el problema tiene su origen en la toma de corticoesteroides, los médicos sopesan el beneficio del medicamento frente al riesgo de sufrir síndrome de Cushing. Algunas personas necesitan continuar tomando el medicamento. Si no, las dosis se reducen de forma gradual durante semanas y a veces meses. Durante la reducción de la dosis, es posible que haya que aumentarla en caso de enfermedad o de situaciones de estrés físico intenso. Las personas que enferman pueden necesitar reanudar el tratamiento con corticoesteroides incluso durante semanas o meses después de su interrupción, porque sus glándulas suprarrenales no se han recuperado por completo de la supresión efectuada por los corticoesteroides.
El primer paso que la persona afectada puede realizar en el tratamiento del síndrome de Cushing es fortalecer su estado general siguiendo una dieta rica en proteínas y potasio. A veces son necesarios medicamentos que aumenten los niveles sanguíneos de potasio o reduzcan los niveles de glucosa (azúcar). Cualquier aumento de la presión arterial debe ser tratado, y estos pacientes también presentan un riesgo mayor de coágulos sanguíneos en sus venas, por lo que se pueden indicar anticoagulantes. Estos pacientes también son especialmente propensos a las infecciones que pueden ser potencialmente mortales.
La eliminación o la destrucción de un tumor en la glándula pituitaria puede requerir una intervención quirúrgica o un tratamiento con radioterapia. Si está disponible, se puede utilizar la terapia con haz de protones.
Los tumores de las glándulas suprarrenales (por lo general, adenomas) se suelen extirpar quirúrgicamente. Si estos tratamientos no son eficaces, si existe un tumor en ambas glándulas suprarrenales o si no existe ningún tumor, puede ser necesario extirpar ambas glándulas suprarrenales. En caso de que ya se hayan extirpado ambas glándulas suprarrenales o en la mayoría de los casos en que la extirpación ha sido parcial, deben tomarse corticoesteroides de por vida.
Por lo general, los tumores situados fuera de la hipófisis y de las glándulas suprarrenales que segregan un exceso de hormonas se extirpan quirúrgicamente.
Ciertos fármacos, como la metirapona o el cetoconazol, reducen la concentración de cortisol y pueden utilizarse mientras se espera el tratamiento definitivo, como una intervención quirúrgica. También se puede utilizar mifepristona, que puede bloquear los efectos del cortisol. En casos leves de enfermedad persistente o recurrente puede ser eficaz el tratamiento con el fármaco pasireotida, si bien éste puede causar diabetes o empeorarla. La cabergolina también puede ser eficaz en algunos casos. La pasireotida y la cabergolina disminuyen la capacidad de la corticotropina para estimular la producción de cortisol por las glándulas suprarrenales.








